Los Círculos de escucha son unos encuentros donde poner la humanidad, la presencia y la escucha de cada uno al servicio del grupo. Donde se invita a que las ideas, estados emocionales o experiencias personales se ofrezcan al círculo para que puedan abrirse a un espacio más grande que el personal. Esto permite una riqueza y sabiduría que van surgiendo de la sinergia de las aportaciones de cada persona y del silencio que las acoge. Es un viaje acompañado que parte de la individualidad diferenciada para dirigirse hacia una humanidad compartida. Todo ser humano es bienvenido.
Buen viaje.
Empezamos con una meditación, luego nombro las bases para enmarcar el encuentro y finalmente se abre el espacio a lo que esté presente para quien quiera compartir.
Niveles que suele tocar esta propuesta :
NIVEL PERSONAL
Cuando hay una escucha grupal respetuosa y profunda que no me interrumpe, ni me da consejos, ni me interpreta, ni me quiere cambiar, toda la energía que suelo poner en defender, convencer o justificar lo que me sucede está a mi disposición para escuchar lo que me estoy contando y cómo me estoy sintiendo. Esto es una puerta a conocerme con mayor profundidad.
NIVEL GRUPAL
Por un lado la escucha de otras formas de pensar, sentir y vivir la vida, nos permite conocer otras posibilidades más allá de nuestra lectura personal de ella. Esto nos abre la mente. Y al mismo tiempo, el ver que hay una humanidad compartida a un nivel profundo donde nos mueven los mismos anhelos y nos afectan las mismas carencias, nos invita a sentirnos parte del mismo barco y del mismo viaje. Esto nos abre el corazón.
NIVEL TRANSPERSONAL
Donde mi conocimiento y experiencia lleguen a su límite, puedo nutrirme del conocimiento y la experiencia del grupo. Y a su vez, la sabiduría del grupo se puede abrir a una sabiduría mayor que está esperando ser recibida por un espacio disponible y receptivo. Esta disposición nos invita a sentarnos con lo desconocido, con el no saber, con el silencio que lo envuelve y con lo que vaya surgiendo de ello.